Diario

Poder decir adiós

Nunca me han gustado mucho las despedidas. La primer vez que recuerdo haberme separado de mi mamá, estábamos en el aeropuerto, ella haría haría un viaje de unos días, pero aún recuerdo el sabor amargo de aquella separación. ¡Ay que lloriqueo, que sentimiento más fuerte, que desaliento, que dolor!, era de entenderse, yo era una niña. Pero ¿Y que pasa ahora?, ya no soy aquella niña y las despedidas aún son terribles para mí. En mi último viaje de 2 SEMANAS, el que me miraba en el aeropuerto,  ...

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